Contents
- 1 ¿Cómo estimar el peso fetal?
- 2 ¿Cuál es el percentil normal de un feto de 36 semanas?
- 3 ¿Cómo se interpreta el percentil?
- 4 ¿Qué es un percentil alto?
- 5 ¿Qué es el percentil ejemplo?
- 6 ¿Cuándo hay que preocuparse en el embarazo?
- 7 ¿Qué pasa si el percentil es bajo?
- 8 ¿Cuál es el percentil normal de un feto de 32 semanas?
- 9 ¿Cuál es el peso normal de un bebé recién nacido?
¿Qué es peso fetal estimado percentil?
¿Se puede conocer el peso fetal mediante la ecografía del tercer trimestre? – Es posible hacer una estimación aproximada de su peso, Para ello existen diferentes fórmulas, las más habituales tienen en cuenta la medida del diámetro biparietal (DBP), la circunferencia del abdomen (CA) y la longitud del fémur (LF).
Se trata por tanto de una estimación. El margen de error puede llegar a ser de más menos del 15 al 20 por ciento. El peso estimado se compara con tablas de referencia que nos dan el percentil o la desviación estándar sobre el peso teórico. En términos generales, un feto pesa 1.000 gramos en la semana 28, 2.000 gramos en la 32, y 2.500 gramos la semana 35,
Suele aumentar 200-250 gramos semanales desde la semana 28 hasta la 38, Peso fetal estimado a partir de la semana 20 de embarazo. P50 significa percentil 50 y equivale al peso medio para una determinada semana de embarazo. P10 y P90 son los percentiles 10 y 90, respectivamente. Tomado de Hadlock FP. “In utero analysis of fetal gowth: A sonographic wight standard. Radiology”, 1991;181:129.
¿Cómo estimar el peso fetal?
Resumen Objetivo Comparar las correlaciones de la estimación del peso fetal (EPF) clínica y ultrasonográfica con el peso al nacer (PAN) en las pacientes en trabajo de parto atendidas en la emergencia obstétrica del Hospital «Pedro García Clara» de Ciudad Ojeda. Métodos Se efectuó un estudio de tipo comparativo, correlacional y aplicado, con diseño no experimental, contemporáneo transeccional y de campo, donde se incluyó una muestra de 100 embarazadas en fase activa del trabajo de parto, a quienes se les determinará la EPF mediante la fórmula de Johnson y la ecuación de Hadlock 3, respectivamente; para luego correlacionarlas con el PAN y conocer el valor diagnóstico de cada método. Resultados La EPF con la fórmula de Johnson fue de 3,421,4 ± 519,05 g y con el ultrasonido de 3,407,95 ± 495,94 g; mientras que el PAN fue de 3,284,10 ± 504,59 g; se comprobó una correlación directamente proporcional y significativa entre ambas estimaciones y el PAN (p < 0,001), con un error absoluto y porcentual bajo tanto para el método clínico como para el ultrasonido, con un 58 y un 69% de las estimaciones con un margen de error del 10% del PAN, respectivamente. Ambos métodos tuvieron una precisión total del 88% para la fórmula de Johnson y del 92% para el ultrasonido; sin embargo, para la predicción de bajo peso tuvieron muy baja sensibilidad y especificidad; mientras que en los casos de macrosomía fue más sensible el método clínico. Conclusión Tanto el método clínico como el de ultrasonido son precisos y exactos para la EPF, correspondiéndose ambos proporcionalmente al PAN. Palabras clave: Estimación del peso fetal Fórmula de Johnson Ecuación de Hadlock 3 Abstract Aim To compare the correlations between estimated fetal weight (EFW) based on clinical and ultrasonographic findings with birthweight in patients in labor managed in the Obstetrics Emergency Unit of the Pedro García Clara Hospital in Ciudad Ojeda. Methods We carried out a comparative, correlational and applied study with a non-experimental, contemporary, cross-sectional, field design that included a sample of 100 pregnant women in the active phase of labor. EFW was determined by Johnson's formula and the Hadlock III equation. To determine the diagnostic value of the two methods, the results were then correlated with birthweight. Results EFW was 3,421.4 ± 519.05 g with Johnson's formula and 3,407.95 ± 495.94 g with ultrasound, while birthweight was 3,284.10 ± 504.59 g. A directly proportional and significant correlation was found between these estimates and birthweight ( P <,001). Both methods showed low absolute and percentage errors; 58% of clinical estimates and 69% of ultrasound estimates had a margin of error within 10% of the birthweight. Overall accuracy was 88% for Johnson's formula and 92% for ultrasound. However, the sensitivity and specificity of these methods was very low for low birthweight. The clinical method had higher sensitivity for cases of macrosomy. Conclusion Both the clinical method and ultrasound are accurate and precise for estimating fetal weight as both correspond proportionally to birthweight. Keywords: Fetal weight estimation Johnson's formula Hadlock III equation Texto completo Introducción Contar con una correcta información de la estimación del peso fetal (EPF) y de la edad gestacional, así como una evaluación adecuada de la pelvis materna son cruciales para el manejo adecuado del trabajo de parto y el nacimiento; sin embargo, se puede decir que el peso fetal es quizá uno de los más importantes 1, La estimación precisa del peso fetal es de vital importancia en el manejo del trabajo de parto; durante décadas el peso fetal estimado (PFE) se ha ido incorporado a la rutina estándar de la evaluación antes del parto, sobre todo de los embarazos de alto riesgo, para decidir la vía de nacimiento por ejemplo, el manejo del embarazo complicado con diabetes, el parto vaginal después de una cesárea anterior o en los casos de fetos con crecimiento restringido ha estado influenciado en gran medida por el PFE 2, No obstante, en la práctica obstétrica, sobre todo en los países pobres o subdesarrollados, el médico se enfrenta ante la incertidumbre de no poder contar con una aproximación del peso fetal, lo cual le ayudaría a prevenir complicaciones del trabajo del parto como la distocia de hombros o a diagnosticar una desproporción fetopélvica 3, Cuando se producen este tipo de complicaciones en el embarazo, sobre todo en los límites de la viabilidad fetal, el conocimiento del PFE contribuye a la evaluación de la probabilidad de supervivencia neonatal y, por lo tanto, a la decisión clínica entre la prolongación del embarazo con el tratamiento conservador o la culminación del mismo 4, Asimismo, una estimación acuciosa del peso fetal ayuda a los obstetras a tomar mejores decisiones acerca del parto vaginal, iniciar una prueba de parto luego de una cesárea, o a realizar de forma electiva una operación cesárea en pacientes en las que se sospeche una macrosomía fetal 5, Hasta principios de los ochenta, la EPF era realizada de forma exclusiva con métodos clínicos basados en la palpación abdominal y la medición uterina 1, Pero con el advenimiento de la ecografía y la diseminación de su uso, la estimación ultrasonográfica del peso fetal ha venido ganando popularidad, puesto que se ha percibido su capacidad para reproducir y estandarizar las medidas; aunque la técnica puede ser más difícil, dependiendo del estado físico de la madre, la presencia de anomalías uterinas, o del índice de líquido amniótico que se presente 1, El ultrasonido es una herramienta básica en la obstetricia y sus beneficios se extienden desde el diagnóstico temprano del embarazo hasta la EPF al momento del nacimiento 6, El promedio de las diferencias entre el peso estimado por el ultrasonido y el peso al nacer (PAN) varía entre un 6 y un 15% dependiendo de la presencia de varias complicaciones del embarazo, como la RCIU o la macrosomía fetal. Asimismo el intervalo entre el nacimiento y la evaluación ultrasonográfica también puede tener influencia 7, No obstante, las ventajas del uso del ultrasonido para la EPF han sido cuestionadas. Según Ashrafganjooei et al.5, en diferentes estudios que se han efectuado no se han podido establecer diferencias significativas en la estimación clínica o ultrasonográfica del peso fetal en embarazos a término, e inclusive en los postérmino. Además, no en todos los hospitales o salas de parto de muchos países, incluyendo Venezuela, se dispone de esta tecnología, por lo que el médico muchas veces slo dispone de su pericia clínica en el momento de tomar las decisiones a efectuar en las mujeres que acuden en trabajo de parto, dada la gran brecha tecnológica existente 8, Junto a todo ello, desde la década de los noventa se han venido publicando diversos artículos que han informado de que las estimaciones del peso fetal utilizando la palpación abdominal e inclusive la opinión de las madres tienen tanta exactitud como el ultrasonido para la predicción del peso fetal, con la ventaja de que son métodos económicos, inocuos y disponibles en cualquier momento 1, La medición de la altura uterina, con o sin uso de formulas, puede ayudar a predecir el peso fetal; sin embargo, un problema frecuente, al igual que con la mayoría de los métodos para la EPF, es que todos son menos precisos en los extremos de nacimiento, además de que la macrosomía es notoriamente difícil de predecir 3, No obstante, un examen clínico adecuado debería permitir a examinadores con experiencia y en ausencia de obesidad materna llegar a estimaciones bastante precisas 9, En virtud de que situaciones problemáticas como el parto pretérmino, la RCIU o la macrosomía fetal pudiesen verse beneficiadas al contar con métodos confiables, precisos y accesibles para la EPF, lo que permite tomar decisiones más oportunas y adecuadas para el manejo del trabajo de parto, surgió la necesidad de comparar las correlaciones entre el PAN y la estimación clínica y ultrasonográfica del peso fetal en las pacientes en trabajo de parto atendidas en la emergencia obstétrica del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital «Dr. Pedro García Clara»; principal centro de atención obstétrica de la subregión costa oriental del lago de Maracaibo, Venezuela. Métodos Se realizó una investigación de tipo descriptiva, específicamente comparativa y correlacional, con diseño no experimental, contemporáneo transeccional y de campo. Las unidades de análisis objeto de observación o estudio estuvieron representadas por la totalidad de pacientes en trabajo de parto atendidas en la emergencia obstétrica del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital «Dr. Pedro García Clara», adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales; de la cual se tomó una muestra intencionada y no aleatorizada compuesta por 100 embarazadas que cumpliesen con los siguientes criterios para su inclusión en el estudio:
1. Embarazos simples con trabajo de parto en fase activa. 2. Presentación de vértice encajada con membranas íntegras. 3. Índice de masa corporal menor de 25. 4. Deseo voluntario de participar en la investigación.
De igual forma fueron excluidas aquellas pacientes con embarazos complicados o asociados a patologías crónicas, que presentasen oligoamnios, poliamnios u óbito fetal; así como aquellas gestaciones asociadas a masas uterinas o abdominales. A cada paciente se le informó sobre los propósitos de la investigación, y previo consentimiento informado fueron incluidas en la misma; esto se hizo con la finalidad de dar cumplimiento a los principios de la Declaración de Helsinki.
a) Medición de la altura uterina: previo vaciamiento de la vejiga urinaria mediante micción espontánea, se procedió a medir la altura uterina en centímetros, mediante el uso de una cinta métrica; para ello se colocó la punta de la cinta en el borde superior de la sínfisis del pubis materno, sobre la línea media del abdomen, siguiendo hasta la parte superior en el fondo uterino. b) Identificación del grado de encajamiento: mediante el examen vaginal, se procedió a identificar la porción más inferior de la presentación; si esta se encontraba al nivel de las espinas iliacas se designaría como posición cero, de acuerdo con los planos de De Lee. c) Estimación clínica del peso fetal: para la determinación clínica del peso fetal se utilizó la fórmula de Johnson y Toshach, donde el peso fetal en gramos = (AU en cm – K) × 155, con algunos ajustes basados en la obesidad materna y el compromiso de la cabeza fetal. Dependiendo de la estación en la que se encontraba la presentación se adecuó el valor de la constante; si el vértice se ubicaba sobre la espinas iliacas (estación cero) sería igual a 12, si las rebasa la constante fue igual a 11 (estación positiva) y si se encontraba en una estación positiva se le asignó un valor de 13 3, d) Determinación de la biometría fetal por ultrasonido y estimación ecográfica del peso fetal: para ello se utilizó un equipo de ecografía Logic Pro 400 ultrasound equipment (General Electric, EE. UU.), con con transductores convexos de 3,5 MHz. Las mediciones fueron efectuadas por un mismo operador, para evitar el sesgo interobservadores, mediante la técnica de Hadlock: con una imagen del cráneo fetal en corte transversal con tálamo visualizado en línea media equidistante de tablas parietales y cavum septum pellucidum hacia frontal, se midió el diámetro biparietal (DBP) desde la tabla externa parietal proximal a tabla interna del parietal distal. Asimismo, a través de una imagen del abdomen fetal, en corte transversal con vista de columna, estómago y porción umbilical de vena porta izquierda, se midieron los diámetros abdominales (transverso y anteroposterior) desde la parte más externa de la piel a cada lado, y por el método de la elipse se generó la circunferencia abdominal (CA); por último, se midió la longitud del fémur (LF), con una vista sagital del hueso, excluyendo a nivel distal el cartílago hiperecogénico y la epífisis femoral distal 6,10, La EPF fue calculada automáticamente por el equipo, usando la ecuación de Hadlock 3 11 y se obtuvo un reporte impreso de todas las mediciones realizadas y de la EPF por este método. e) Registro del PAN: para ello todos los recién nacidos fueron pesados en una báscula digital, perfectamente calibrada, inmediatamente al nacer, en posición decúbito dorsal y completamente desnudos, expresándose el resultado en gramos.
Los datos obtenidos se asentaron en una ficha de trabajo diseñada para el estudio efectuado y posteriormente fueron tabulados en una base de datos por medio del paquete estadístico para ciencias sociales (SPSS), versión 15.0,1. Los datos obtenidos se expresaron mediante medidas de tendencia central: porcentajes, medias y desviación estándar (DE).
a) Correlación con el PAN, la cual será procesada mediante la determinación del coeficiente de correlación de Pearson. b) Error absoluto medio: (PAN –PFE). c) Porcentaje de error absoluto medio: (PAN –PFE/PAN). d) Porcentaje de estimaciones dentro del 10-15% del PAN.
En cuanto a la validez o exactitud de cada método, es decir, qué tan bien funciona una prueba al compararla con otra prueba que se considera que tiene la verdad absoluta; se consideró como patrón de oro al PAN. Por tanto, para determinar el valor diagnóstico de cada método y conocer su poder predictivo para bajo PAN, peso adecuado o macrosomía fetal, se procedieron a realizar tablas de contingencias de 2 × 2 basadas tanto en el número de verdaderos positivos (VP) y negativos (VN) como de falsos positivos (FP) y negativos (FN).
Los VP fueron aquellos que la prueba clasificó como con bajo peso, peso adecuado o macrosomía, y efectivamente su PAN confirmó esa clasificación (casilla A); mientras que los VN fueron aquellos que tanto el método como el PAN no los clasificó en la categoría de peso analizada (casilla D). Por su parte, los FP resultaron ser aquellos que la prueba clasificó con la categoría de peso investigada y realmente no se encontraban dentro de ese rango de acuerdo con su PAN (casilla B); en tanto que los FN fueron aquellos que el método no clasificó dentro de la categoría analizada y realmente pertenecían a ella (casilla C).
Los elementos a determinar en las características operativas de cada método diagnóstico fueron los siguientes:
a) Sensibilidad (VP/VP + FN): es la capacidad que tiene cada método para detectar a los sujetos que realmente pertenecen a la categoría de PAN. b) Especificidad (VN/VN + FP): es la capacidad del método diagnóstico para detectar los sujetos realmente sanos. Determina la probabilidad de que la prueba sea negativa dado que el sujeto no pertenece a la categoría de PAN estudiada. c) Valor predictivo positivo (VP/VP + FP): es la probabilidad de pertenecer al rango del PAN analizado dado que la prueba dio positiva. d) Valor predictivo negativo (VN/VN + FN): es la probabilidad de no encontrarse dentro de la categoría del PAN estudiada dado que la prueba dio negativa. e) Razón de probabilidad positiva (sensibilidad/1–especificidad): se define como la probabilidad de que la prueba sea positiva dado que el sujeto se encuentra dentro del rango del PAN investigado en relación con la probabilidad de que la prueba sea positiva dado que el sujeto no pertenece a dicho rango. f) Razón de probabilidad negativa (1–sensibilidad/especificidad): corresponde a la probabilidad de que el resultado del método sea negativo dado que el sujeto pertenece a la categoría estudiada en relación con la probabilidad de que la prueba dé negativa dado que el sujeto no se ubica dentro de este rango del PAN. g) Precisión total (VN + VP)/(todos los casos): se refiere a la exactitud del método diagnóstico para determinar en realidad qué sujetos efectivamente pertenecen o no a la categoría del PAN analizada.
Asimismo se utilizó la prueba del chi cuadrado para la significación estadística y la comparación de los resultados obtenidos por cada método. Los resultados obtenidos fueron expresados mediante el uso de tablas de distribución de frecuencias. Resultados En la tabla 1 se presentan las características de las gestantes evaluadas, observándose que en cuanto a la edad, se obtuvo una edad promedio de 22 años, predominando el grupo de 14 a 19 años con un 44% de los casos, seguido de un 32% con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años, resultando un 12% para los grupos de 26 a 30 y 31 a 35 años, respectivamente. La media para la edad fue de 22 años. En cuanto a la edad gestacional, los resultados permitieron evidenciar que la edad promedio fue de 38,8 semanas, estando ubicado en el rango de 37,6 a 41,4 semanas de gestación encontrado en la población del estudio. En relación con la paridad se observó que 53% de las embarazadas eran nulíparas, el 25% reportó una para, el 14% 2, el 2% 3 y el 6% 4 paras. Otro aspecto evaluado fueron las comorbilidades, encontrándose una mayor frecuencia para el parto precoz presente en el 30% de la población, seguido de la preeclampsia con un 13% de los casos. Es importante señalar que el 14% de las pacientes negó alguna patología o complicación asociada al embarazo, así como también se presentaron otras morbilidades con frecuencias menores que las señaladas. Con relación a la vía de evacuación, resultó un 75% de partos y un 25% de cesáreas; no se presentaron otros tipos de partos distócicos diferentes a los nacimientos por operación cesárea. En la tabla 2 se representan los resultados del peso estimado por el método clínico, observándose que la altura uterina estuvo comprendida en un rango de 30 a 38, siendo la media para este parámetro de 33,5. El grado de encajamiento obtuvo un valor promedio de -12 y un rango de -13 a -12; asimismo, el peso estimado a partir de estos parámetros fue en promedio de 3,421,4; ubicado en el rango de 2,790 a 4,960 g. En la tabla 2 también se muestran los resultados del peso estimado por ultrasonido, observándose que la CA estuvo comprendida en un rango de 30 a 38,4 cm, siendo la media para esta parámetro de 33,12 cm; mientras que la LF obtuvo un rango de 6,50 a 7,89 cm, con un valor promedio de 7,29 cm. Con relación a la distancia biparietal (DBP), se obtuvo un rango de 8,40 a 10,4 cm, con una media de 9,30 cm. En función de dichos parámetros, el peso estimado fue un promedio de 3,407,95 g, ubicado en el rango de 2,633 a 4,500 g. En cuanto a las características de los recién nacidos, se obtuvo un 58% de masculinos y un 42% de femeninos, con una talla al nacer que alcanzó una media de 50,6 cmy un rango de 46 a 55 cm. En cuanto al PAN, se ubicó en el rango de 2,300 a 4,300 g, con un valor promedio de 3,284,10 g; asimismo, un 4% de los recién nacidos tuvieron bajo peso, hubo un 85% con pesos adecuados y un 11% fueron macrosómicos. Respecto a la clasificación de los recién nacidos según el sexo, en el sexo masculino, un 9,5% tuvieron bajo peso, un 73,8% peso adecuado y un 16,7% fueron macrosómicos; en el femenino no se observaron casos de recién nacidos con bajo peso, pero se halló un 6,9% de macrosómicos, mientras que la mayoría (93,1%) tenían pesos adecuados. La tabla 3 muestra los resultados de la comparación estadística del PAN con el PFE tanto por el método clínico como por ultrasonido, observándose con ambos métodos una relación significativa con una p = 0,00 (p < 0,05) entre dichos valores; sin embargo, se observó una relación no significativa con una p = 0,781 (p > 0,05) entre las estimaciones clínicas y ecográficas, indicando que el método clínico es tan preciso como el de ultrasonido para la estimación del peso fetal. Además de los resultados anteriores, al comparar las correlaciones de la estimación clínica y ultrasonográfica del peso fetal con el PAN, se evidenció una relación alta y positiva entre el peso estimado por ambos métodos y el PAN; esto indica que entre las variables existe una relación directamente proporcional y significativa con un valor de p = 0,000 (p < 0,001); según esta correlación, tanto las estimaciones del peso por los parámetros clínicos como por el ultrasonido, se corresponden proporcionalmente con el PAN. En la tabla 4 se presenta el cálculo del error de las estimaciones del peso fetal por ultrasonido o método clínico, encontrándose un error absoluto medio de -137,35 con un porcentaje de dicho error de -0,041 para el método clínico, mientras que por el método de ultrasonido el error absoluto medio de -123,85 y el porcentaje de dicho error de -0,037. En cuanto al porcentaje de estimaciones del 10% del peso dentro del PAN el método clínico arrojó un 58% y el ultrasonido 68%. La tabla 5 representa la contingencia analizada para determinar la exactitud de los métodos estudiados para predecir recién nacidos con PAN adecuado. En ella se observa que, con el método de Johnson, de un total de 89 casos con pesos estimados como adecuados para la edad gestacional (2,500 a 4,000 g), 81 coincidieron con este PAN (VP), mientras que 8 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 2,500 g o superior a 4,000 g (FP). Asimismo, de los 11 neonatos con pesos estimados menores de 2,500 g o mayores de 4,000 g, 7 se ubicaron en esta categoría (VN) y 4 presentaron al nacer un peso adecuado para la edad gestacional (FN). Con el método ultrasonográfico con el PAN, se pudo evidenciar que de un total de 85 casos con pesos estimados como adecuados para la edad gestacional, 81 coincidieron con este PAN (VP), mientras que 4 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 2,500 g o superior a 400 g (FP). Por otra parte, del total de 15 neonatos con pesos estimados menores de 2,500 g o mayores de 4,000 g; 11 se ubicaron en esta categoría (VN) y 4 presentaron al nacer un peso adecuado para la edad gestacional (FN). En cuanto a la capacidad de los métodos para predecir recién nacidos con bajo peso, se observó que con el método clínico no se reportó ningún caso con peso estimado como pequeño para la edad gestacional. Por el contrario, de los 100 casos con peso estimado mayor de 2,500 g, 96 coincidieron con este PAN (VN), mientras que 4 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 2,500 g (FN). Asimismo, con el ultrasonido no se reportó ningún caso con peso estimado como pequeño para la edad gestacional. Sin embargo, de los 100 casos con pesos estimados como mayores de 2,500 g, 96 coincidieron con este PAN (VN), mientras que 4 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 2,500 g (FN). Con respecto al poder de cada método para predecir recién nacidos macrosómicos, se evidenció que, con el método clínico, de un total de 12 casos con pesos estimados como macrosómicos (mayores de 4,000 g), 8 coincidieron con este PAN (VP), mientras que 4 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 4,000 g (FP); asimismo, de los 88 neonatos con pesos estimados como menores de 4,000 g, 85 se ubicaron en esta categoría (VN) y 3 presentaron al nacer un peso estimado como macrosómico (FN). En cambio, con el ultrasonido se evidenció que de un total de 15 casos con pesos estimados como macrosómicos, 11 coincidieron con este PAN (VP), mientras que 4 correspondieron a neonatos que al nacer alcanzaron un peso menor de 4,000 g (FP); asimismo, los 85 neonatos con pesos estimados como menores de 4,000 g se ubicaron en esta categoría (VN). A partir de los resultados anteriores, se procedió a calcular el valor predictivo de las estimaciones del peso fetal tanto por el método clínico como por el ultrasonido en los neonatos con peso adecuado para la edad gestacional, bajo peso o macrosomía. Estos hallazgos, tal como se muestra en la tabla 6, respecto al peso adecuado, indican una sensibilidad similar en ambos métodos (95%), con una especificidad del 47% para el método clínico y del 73% para el ultrasonido. El valor predictivo positivo por el método clínico se ubicó en el 91% y por ultrasonido en el 95%, mientras que el valor predictivo negativo fue mayor por ultrasonido (73%) que por el método clínico (64%). La razón de probabilidad positiva alcanzó igualmente un valor mayor por el método de ultrasonido (35,1%) en comparación con el clínico (17,9%). Contrariamente, la razón de probabilidad negativa fue mayor (10%) por el método clínico que por el ultrasonido (7%). Finalmente, la precisión total del método clínico fue del 88% y del ultrasonido del 92%. En cuanto al valor predictivo de las estimaciones efectuadas para predecir el bajo PAN, se encontró que ambos métodos no eran sensibles (0%) y muy poco específicos (1%); con un valor predictivo positivo nulo y un valor predictivo negativo del 96%. Igualmente, la razón de probabilidad positiva resulto nula para los 2 métodos evaluados, en tanto que la razón de probabilidad negativa fue del 1% en ambos casos; sin embargo, el valor predictivo total fue del 96% para los 2 métodos. Respecto a la macrosomía fetal, se encontró que el método clínico presentó una sensibilidad del 72% y del 1% por ultrasonido, siendo la especificidad de ambos métodos del 95%. El valor predictivo positivo se ubicó en el 66% por el método clínico y en el 73% por ultrasonido, mientras que el valor predictivo negativo fue mayor por el método clínico (97%) que por ultrasonido (1%). La razón de probabilidad positiva alcanzó un valor mayor por el método de ultrasonido (20%) en comparación con el clínico (14,4%). Contrariamente, la razón de probabilidad negativa fue mayor (39%) por el método clínico que por el ultrasonido (1%). Finalmente, el valor predictivo del método clínico fue del 93% y del ultrasonido del 96%. Discusión La EPF es un dato de considerable utilidad para prevenir la prematuridad y elegir la vía de terminación del embarazo, porque ayuda a evaluar la desproporción cefalopélvica, a detectar productos macrosómicos y a decidir el modo de nacimiento de los pretérmino. Para ello se dispone de la estimación del peso por el método clínico y por ultrasonido, siendo 2 métodos frecuentemente utilizados para obtener información útil sobre el crecimiento fetal. Con el ultrasonido, el promedio de las diferencias entre el peso estimado y el PAN varía entre un 6 y un 15% 7, Sin embargo, Ashrafganjooei et al.5 cuestionan las ventajas del uso del ultrasonido para la EPF, puesto que no se han podido establecer diferencias significativas en la estimación clínica o ultrasonográfica del peso fetal en embarazos a término, e inclusive en los postérmino. Es importante destacar que el ultrasonido es un método moderno para evaluar el peso fetal a través de la medición lineal o de planos o de las dimensiones del feto en el útero circunferencia abdominal (CA, LF, DBP), registradas en el presente estudio; estas mediciones se utilizan en fórmulas de regresión que derivan el PFE al nacer. Según, Lagos et al.12, el peso estimado por ecografía es considerado actualmente el mejor predictor del crecimiento fetal, permitiendo diagnosticar oportunamente patrones de crecimiento fetal normal y anormal. Por otra parte, los métodos clínicos para calcular el peso fetal adquieren más importancia cuando se carece de otras tecnologías para evaluar el crecimiento y el desarrollo, como el ultrasonido o los estudios del líquido amniótico 13 ; demostrando ser tan precisos como el ultrasonido para la predicción del peso fetal, con la ventaja de ser métodos económicos, inocuos y disponibles en cualquier momento 1, En la presente investigación se obtuvo que el PFE tanto con la fórmula de Johnson como con la ultrasonografía fueron superiores al PAN, diferencia altamente significativa para el método clínico (p < 0,001) y significativa para el ultrasonido (p < 0,05). Sin embargo, al comparar ambas estimaciones se comprobó que el método clínico era tan preciso como el de ultrasonido para la estimación del peso fetal con una correlación directamente proporcional y significativa entre ambas estimaciones y el PAN (p < 0,001), lo cual significaba que tanto las estimaciones del peso por los parámetros clínicos como por el ultrasonido se correspondían proporcionalmente con el PAN. Esta correlación significativa es similar a la reportada por Carranza et al.14, entre el método de Johnson y el ultrasonido (r = 0,729; p < 0,001); sin embargo, el primero es más económico y accesible. La mayoría de los estudios mencionan que el ultrasonido es más preciso para estimar el peso fetal, aunque los métodos clínicos han mostrado ser más eficaces y no tienen la principal desventaja del ultrasonido, que es su alto coste 14, Asimismo existe el concepto de que la mayoría de las fórmulas sobrestiman la presencia de bajo PAN y al mismo tiempo subestiman el riesgo de macrosomía fetal 11, No obstante, investigaciones previas han determinado que los métodos clínicos para la predicción del peso fetal, como el método de Johnson aplicado en esta investigación, resultan más precisos que el ultrasonido. Al respecto, Ashrafganjooei et al.5 señalaron que el ultrasonido no ofrecía ventajas sobre la clínica para la EPF al final del embarazo o en el momento del parto; mientras que Torloni et al.1 reportaron que el PAN fue estimado correctamente (± 10%) en el 57, 61 y 65% de los casos utilizando 2 fórmulas clínicas o mediante ultrasonido, respectivamente, sin diferencias significativas al comparar los métodos. Estos porcentajes de estimaciones acertadas con un margen de error del 10% coinciden con el 58 y el 68% alcanzado en esta serie para la formula clínica y el ultrasonido, respectivamente. Contrariamente a los resultados presentados, Shittu et al.2 señalaron que el error absoluto porcentual promedio del método clínico fue menor que el del método ecográfico, y el número de estimaciones dentro del 10% del peso real para el método clínico (70%) fue mayor que para el método ecográfico (68%); aunque la diferencia no resultó significativa estadísticamente. Otras investigaciones han señalado que el porcentaje de error con la ecografía fue de 2 ± 7,33%, por lo que el PAN está más cercano a la estimación ultrasonográfica que a la clínica 15 ; sin embargo, en este estudio la diferencia entre el error absoluto medio de cada método utilizado estaba alrededor de los -14 g a favor de la ultrasonografía, lo cual no resultaba significativo. El análisis del valor diagnóstico o la exactitud de ambos método en los casos con crecimiento fetal normal resultó ser sensible con cualquiera de las 2 técnicas; sin embargo, el ultrasonido resultaba ser más específico que el método clínico, aunque la precisión total de cada método no mostró diferencias significativas. Por tanto, la fórmula de Johnson resultó ser tan precisa como la estimación ecográfica para predecir un PAN entre 2.500 y menos de 4.000 g. En este mismo orden de ideas, Kayem et al.16 determinaron que la EPF ultrasonográfica estaba mejor correlacionada con el PAN que los métodos clínicos, con una especificidad mayor (95%); por el contrario, otro estudio 5 encontró que ambos métodos no resultaban tan específicos, pero al igual que en esta serie, eran altamente sensibles (92,1% para el ultrasonido y 98% para el método clínico). Respecto al bajo PAN, importante factor de riesgo de morbimortalidad neonatal, tanto el ultrasonido como el método clínico aplicado resultaron ser poco específicos y con una sensibilidad nula, lo cual resulta opuesto tanto a los resultados presentados por Cabral et al.4, quienes consideraron que el ultrasonido resultaba ser un método sensible (85,7%) y muy especifico (100%) para la detección de neonatos pequeños para su edad gestacional; así como a los reportados por Kayem et al.16, quienes encontraron que este método presentaba una especificidad en el despistaje de recién nacidos con bajo peso significativamente más alta que con la estimación clínica (50,7 vs.41,2%; p < 0,05). Al respecto, otras investigaciones han encontrado que el método de Johnson sobrestimaba el peso de los neonatos que pesaron menos de 2.500 g al nacer 2,17 ; lo cual se evidenció en este estudio por la presencia de FN, que se tradujo en un valor predictivo alto, el cual sumado a su baja especificidad y sensibilidad hace que ambos métodos sean imprecisos para la detección del bajo PAN. Esta circunstancia pudo deberse al encajamiento de la cabeza fetal que dificulta la medición del diámetro fetal o a la disminución del líquido amniótico característica de las últimas semanas de la gestación, que hace difícil la medición de la CA, pudiendo alterar la precisión del ultrasonido 18, En cuanto a la identificación de fetos macrosómicos, se encontró que ambos métodos fueron muy específicos. Sin embargo, el método clínico arrojó una mayor sensibilidad que el ultrasonido, resultado similar al encontrado por Soto et al.19, quienes por medio del método de Johnson pudieron detectar macrosomía fetal con un margen de error de ± 126 g, el cual estaba dentro de los límites de variación establecidos para la técnica (± 240 g), considerando la fórmula eficaz para detectar fetos de más de 4.000 g. De igual forma, se corresponde al 68,1% de estimaciones correctas para un peso mayor de 4.000 g encontrado en otra investigación 3, De forma opuesta, otros estudios 4,16 han encontrado que el ultrasonido resultaba ser más específico, con una tasa de especificidad entre el 54 y el 77,2%. La menor especificidad encontrada con el ultrasonido puede atribuirse a errores en la técnica, puesto que en los casos de fetos grandes, la incapacidad del transductor para capturar una sección entera del abdomen o de la cabeza fetal puede hacer esas mediciones imprecisas 18, Como es bien sabido, el PAN es el factor clave para el pronóstico del crecimiento intrauterino de los fetos. Es claramente conocido que aquellos fetos en los extremos del PAN normal están asociados con un incremento en la morbimortalidad perinatal y un pronóstico adverso en su desarrollo 20, La EPF representa aquellos métodos utilizados para obtener información útil sobre el crecimiento fetal, lo cual ayuda a determinar la viabilidad del feto y su probabilidad de supervivencia, así como el momento y la vía del nacimiento 21, Al respecto coinciden tanto Rojas et al.22, para quienes la EPF es de mucha utilidad para la toma de decisiones en el manejo obstétrico, como Cecatti et al.23, para quienes la EPF es un método de vigilar tanto el bienestar fetal como el crecimiento fetal. Una estimación precisa constituye una valiosísima información para la planificación del modo del nacimiento y el manejo del trabajo de parto 24, La evaluación del PFE debe ser una práctica rutinaria antes de la inducción del parto, lo cual significa una oportunidad para obtener datos para la identificación de posibles complicaciones 25 ; al respecto en este estudio se comprobó la utilidad tanto del método clínico como del ultrasonido para este fin. Mas sin embargo, la calidad del diagnóstico ultrasonográfico no depende solamente de la capacidad técnica del equipo, sino también de la experiencia y la habilidad del operador, de manera que los patrones estándar pueden variar. Pueden ocurrir errores, que podrían aumentar intervenciones potencialmente peligrosas como la inducción intempestiva del trabajo de parto 26 ; asimismo existe el concepto de que la mayoría de las fórmulas sobrestiman la presencia de bajo PAN y al mismo tiempo subestiman el riesgo de macrosomía fetal 11,27, Además, en la mayoría de los centros asistenciales aledaños a la institución ámbito de este estudio no se cuenta ni con equipos de ultrasonido ni con un personal médico entrenado y capacitado para utilizarlos; de allí la importancia de los resultados presentados, ya que permitieron comprobar la utilidad de los métodos clínicos, los cuales no necesitan de mayores recursos para aplicarlos. Si bien el tipo y diseño de la investigación presentan algunas limitaciones para efectuar un análisis de causalidad directa y no excluyen otros factores que pueden influir en el peso fetal, los resultados del trabajo informan acerca del beneficio de divulgar el método de Johnson para la estimación del peso fetal; sobre todo en los centros de salud de las áreas rurales y de los hospitales con mayores brechas tecnológicas, lo cual facilitaría la toma de decisiones oportunas para la atención materna; disminuyendo así las complicaciones tanto maternas como fetales, además de las referencias innecesarias a los grandes hospitales, las cuales aumentan el congestionamiento de los mismos. No obstante, la muestra analizada en esta investigación, seleccionada de manera intencionada y no de forma aleatorizada con un control más riguroso, representa una muestra muy local, y si bien los resultados parecen coherentes, deben realizarse otros estudios sobre muestras más amplias, antes de considerar generalizables los resultados obtenidos. Conclusiones El PFE tanto con la fórmula de Johnson como con la ultrasonografía fueron superiores al PAN, diferencia altamente significativa para el método clínico (p < 0,001) y significativa para el ultrasonido (p < 0,05). Sin embargo, al comparar ambas estimaciones se comprobó que el método clínico era tan preciso como el de ultrasonido para la estimación del peso fetal, con una correlación directamente proporcional y significativa entre ambas estimaciones y el PAN (p < 0,001), lo cual significaba que tanto las estimaciones del peso por los parámetros clínicos como por el ultrasonido se correspondían proporcionalmente con el PAN. Ambos métodos para la estimación del peso fetal tuvieron una precisión total del 88% para la fórmula de Johnson y del 92% para el ultrasonido, en cuanto a la predicción de un PAN adecuado, resultando ser métodos validos y exactos; sin embargo, el ultrasonido resultó tener mejor especificidad. A su vez, en las alteraciones del crecimiento fetal, si bien ambos métodos tuvieron una alta precisión, ubicada entre el 93 y el 96%, el método clínico resulto ser más sensible que el ultrasonido para la estimación de macrosomía fetal; mientras que para el bajo PAN ambos métodos tuvieron poca sensibilidad y especifidad. Por tanto, se recomienda la utilización del método clínico de Johnson para la estimación del peso fetal antes del parto, sobre todo en hospitales rurales o ubicados en áreas de difícil acceso, donde no se disponga de la tecnología ultrasonográfica disponible actualmente. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía M.R. Torloni, N. Sass, J. Leiko, A.C. Pinheiro, M. Fukuyama, P.R. de Lucca. Clinical formulas, mother's opinion and ultrasound in predicting birth weight. Sao Paulo Med J, 126 (2008), pp.145-149 A.S. Shittu, O. Kuti, E.O. Orji, N.O. Makinde, S.O. Ogunniyi, O.O. Ayoola, et al, Clinical versus sonographic estimation of foetal weight in southwest Nigeria. J Health Popul Nutr, 25 (2007), pp.14-23 E. Buchmann, K. Tlale. A simple clinical formula for predicting fetal weight in labour at term – derivation and validation. S Afr Med J, 99 (2009), pp.457-460 D.M. Cabral, J.G. Cecatti, C.S. Medeiros. Correlação entre peso fetal estimado por ultrassonografia e peso neonatal. Rev Bras Ginecol Obstet, 32 (2010), pp.4-10 T. Ashrafganjooei, T. Naderi, B. Eshrati, N. Babapoor. Accuracy of ultrasound, clinical and maternal estimates of birth weight in term women. East Mediterr Health J, 16 (2010), pp.313-317 D.M. Kumara, H. Perera. 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Comparative study between clinical and sonographic estimation of fetal weight in third trimester of pregnancy and its relationship with actual birth weight. Mymensingh Med J, 17 (2008), pp.157-163 G. Kayem, G. Grangé, G. Bréart, F. Goffinet. Comparison of fundal height measurement and sonographically measured fetal abdominal circumference in the prediction of high and low birth weight at term. Ultrasound Obstet Gynecol, 34 (2009), pp.566-571 W. Belete. Clinical estimation of fetal weight in low resource settings: comparison of Johnson's formula and the palpation method. Ethiop Med J, 46 (2008), pp.37-46 E.K. Pressman, J.L. Bienstock, K.J. Blakemore, S.A. Martin, N.A. Callan. Prediction of birth weight by ultrasound in the third trimester. Obstet Gynecol, 95 (2000), pp.502-506 C. Soto, F. Germes, G. García. Utilidad del método de Johnson y Toshach para calcular el peso fetal en embarazos de término en un hospital de segundo nivel. Ginecol Obstet Mex, 75 (2007), pp.317-324 M.W. Pang, T.N. Leung, T.K. Lau. A validation study of ultrasonic foetal weight estimation models for Hong Kong Chinese singleton pregnancies. Hong Kong Med J, 10 (2004), pp.384-388 R. Dehghani, N. Ghasemi, M. Dehghani. Sonographic fetal weight estimation using femoral lenghth: Honavar equation. Ann Saudi Med, 27 (2007), pp.179-182 J. Rojas, M. Garay, C. Ortiz, H. Flores, F. Huaroto, H. Chico, et al, Propuesta de un nuevo puntaje para optimizar estimados ecográficos de peso fetal: estudio piloto. An Fac Med, 70 (2009), pp.109-114 J.G. Cecatti, M.R. Marrocos, F.F. Azank, E.F. Marussi. Curva dos valores normais de peso fetal estimado por ultra-sonografia segundo a idade gestacional. Cad Saúde Pública, 16 (2000), pp.1083-1090 M. Scioscia, A. Vimercati, O. Ceci, M. Vicino, L.E. Selvaggi. Estimation of birth weight by two-dimensional ultrasonography. A critical appraisal of its accuracy. Obstet Gynecol, 111 (2008), pp.57-65 S.C. Blackwell, J. Refuerzo, R. Chadha, C.A. Carreno. 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¿Cuál es el percentil normal de un feto de 36 semanas?
Tabla de crecimiento fetal
Edad gestacional | Longitud (Pulgadas) | Masa (g) |
---|---|---|
34 semanas | 17.72 | 2146 |
35 semanas | 18.19 | 2383 |
36 semanas | 18.66 | 2622 |
37 semanas | 19.13 | 2859 |
¿Cuál es el percentil normal de un feto de 33 semanas?
Cambios fetales: Cada vez tiene menos espacio para moverse – ¿CUÁNTO MIDE Y PESA EL FETO ? Las medidas del feto están sobre los 43-44 cm de la cabeza a los pies y el peso se encuentra sobre 2.100 gramos, A estas alturas del embarazo, el feto suele estar colocado en posición cefálica, es decir con al cabeza hacia abajo, preparado para el momento del parto,
- A pesar de que cada vez dispone de menos espacio para moverse o girarse, todavía es posible que se gire de forma espontánea.
- Esto sucede sobre todo en los bebés que están en posición podálica, es decir con la cabeza en la parte superior del útero,
- En el caso de que el bebé este “sentado” existen algunos ejercicios que pueden ayudar a que se dé la vuelta de forma espontánea,
A lo largo de estas últimas semanas de gestación, el cerebro del feto ha continuado con su proceso de maduración gracias al aumento del número de neuronas, las células que forman nuestro cerebro, y de las conexiones que se crean entre ellas. La aparición de esta conexiones es un proceso clave en la formación y maduración del cerebro y se produce desde etapas muy precoces, sin embrago su máxima actividad se produce al final de la gestación y en las primeras etapas de la infancia.
¿Cómo se interpreta el percentil?
Una de las preocupaciones de todos los padres es saber si su hijo/a está creciendo bien. Pero es obvio que cada niño/a tiene su ritmo de crecimiento y su propia constitución (alto, bajo, corpulento, delgado), que, a su vez, está influida por muchos factores (etnia, genética familiar, enfermedades, nutrición, fase de la pubertad, etc.).
Para saber si el desarrollo es correcto, los médicos utilizan unas gráficas (una para el peso y otra para la talla o altura) para apuntar los datos del niño/a. En el eje horizontal se busca la edad y en el vertical, la talla o el peso. Hay gráficas diferentes para niños y para niñas y varían según la población estudiada (no se utilizan las mismas gráficas en España que por ejemplo en China).
En el lugar donde se cruzan ambos valores se dibuja un punto. Estas gráficas tienen una serie de líneas que se llaman percentiles y éstos permiten saber cómo está el niño/a en comparación con los/las de su misma edad y género. Cuanto más alto sea el número del percentil, más grande será en comparación con otros de su misma edad y sexo, sea en altura o peso.
Si por ejemplo, un niño de doce años tiene una talla que lo sitúa en percentil 90, quiere decir que el 90 % de los niños de doce años miden menos que él (y el 10 % miden más). Sin embargo, hay que saber valorar estas curvas. El situarse en un percentil alto no significa necesariamente que un niño sea más sano o tenga un sobrepeso, ni ocupar un percentil bajo que tenga problemas de crecimiento.
Si por ejemplo, un niño tiene una talla y peso en percentil 10, el 90 % de los niños serán más altos y pesarán más que él. Es decir, será más bajo que el promedio. Pero si su ganancia de altura y peso es normal, no hay signos de enfermedad o su familia es también más pequeña que el promedio, puede ser absolutamente normal. Las gráficas de crecimiento sí pueden sugerir que hay un problema en dos situaciones:
En primer lugar, cuando el patrón de crecimiento del niño cambia respecto al que había estado realizando previamente; lo habitual es que los niños crezcan siempre por un mismo percentil. Esto en muchas ocasiones no es exactamente así, es decir, no siguen exactamente las líneas de los percentiles pero sí se mantienen alrededor de uno de ellos. Pero, si por ejemplo, una niña de seis años que siempre ha crecido por percentil 50, se sitúa de repente en percentil 25, puede indicar un problema y habrá que hacerle un seguimiento más estrecho para poderlo evaluar. Sin embargo, cambiar de percentil no siempre es alarmante. Hay ciertas fases del desarrollo donde el cambio de ritmo de crecimiento y de percentil es absolutamente normal (como en la lactancia o la pubertad). En segundo lugar, si el ritmo de aumento de altura es muy diferente al de peso, también podría indicar alguna dificultad en su desarrollo, Por ejemplo, si un niño siempre crece por percentil 10 pero su peso va por percentil 90, tendrá un problema de sobrepeso que habrá que estudiar e intervenir de forma adecuada. Si en cambio, ocupa el percentil 90 de peso y altura, se tratará de un niño sano que simplemente será más grande que el promedio.
Así pues, no es tan importante dónde se sitúa el “punto que representa a mi hijo” sino si el resto de los puntos se situaban más o menos en la misma línea, es decir, si mantiene su ritmo de crecimiento habitual, y si su talla está proporcionada para su peso.
Hay muchos factores que intervienen en el correcto crecimiento de un niño. Entre éstos destacan la talla de los padres, el peso y la longitud al nacimiento, el estado nutricional, si presenta enfermedades o toma ciertos medicamentos o cuándo inicia la pubertad. Por ello es importante hacer un adecuado seguimiento y valorar su desarrollo teniendo en cuenta todos estos factores para así poder detectar problemas si los hubiera y tratarlos cuando sea necesario.
Si tienes dudas acerca del crecimiento de tu hijo o hija, consúltalo con tu pediatra.
¿Cómo saber si mi bebé está sano en el vientre?
Ecografía de alta resolución – La ecografía crea imágenes del bebé. Esta ecografía, también llamada ecografía de segundo nivel, se utiliza para observar más de cerca los posibles defectos de nacimiento u otros problemas que se hayan indicado en los resultados de las pruebas de detección anteriores. Generalmente se realiza entre las semanas 18 y 22 del embarazo.
¿Qué es la regla de McDonald?
La regla de McDonald se basa en la medición de la altura uterina, dicha medi- ción se multiplica por 8 y se divide entre 7, obteniendo así la edad gestacional del feto en meses solares. Medidas uterinas inesperadamente grandes, sugieren una F.U.M. incorrecta, embarazo múltiple o polihidram- nios.
¿Cómo se mide el percentil en el embarazo?
Seguro que has oído hablar de percentiles en bebés. Pero tal vez no sabías que ya desde antes de nacer, el feto también es evaluado en función del percentil al que pertenezca. La forma de saberlo es a través de las ecografías fetales, las imágenes que permiten que los especialistas puedan comprobar su desarrollo.
¿Qué tan cierto es el peso de un bebé en el ultrasonido?
Por lo tanto, se ha demostrado que el cálculo del peso fetal por ultrasonido realizado por manos expertas y en el transcurso de una semana antes del parto, se obtiene un peso fetal estimado con un margen de error del 10% del peso al nacer en el 74% de los casos.
¿Qué percentil debe tener un bebé de 37 semanas?
¿Qué significa pequeño para la edad gestacional? – Pequeño para edad gestacional es un término que se usa para describir a los bebés que nacen con un peso más bajo que lo normal para la cantidad de semanas que ha tenido el embarazo. Estos bebés tienen un peso de nacimiento por debajo del percentil décimo.
¿Qué pasa si un bebé nace a las 37 semanas de embarazo?
Es un bebé nacido antes de 37 semanas completas de gestación (más de 3 semanas antes de la fecha prevista del parto). Al nacer, un bebé se clasifica como:
Prematuro (de menos de 37 semanas de gestación)A término (de 37 a 42 semanas de gestación)Postérmino o posmaduro (nacido después de 42 semanas de gestación)
Si una mujer entra en trabajo de parto antes de las 37 semanas, se denomina trabajo de parto prematuro, Es posible que los bebés prematuros tardíos que nacen entre las semanas 35 y 37 de gestación no luzcan prematuros. Posiblemente no se los ingrese en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), pero aun así están en riesgo de más problemas que los bebés a término.
Un cuello uterino debilitado que comienza a abrirse (dilatarse) temprano, también llamado insuficiencia cervicouterina.Anomalías congénitas del útero.Antecedentes de parto prematuro.Infección (una infección urinaria o de la membrana amniótica).Mala nutrición poco antes o durante el embarazo. Preeclampsia: hipertensión arterial y presencia de proteína en la orina después de la semana 20 del embarazo.Ruptura prematura de membranas ( placenta previa ).
Otros factores que incrementan el riesgo de trabajo de parto y parto prematuros incluyen:
Edad de la madre (madres menores de 16 y mayores de 35)Ser AfroamericanoFalta de cuidados prenatalesNivel socioeconómico bajoConsumo de tabaco, cocaína o anfetaminas
El bebé puede tener problemas para respirar y mantener una temperatura corporal constante. Un bebé prematuro puede tener signos de los siguientes problemas:
Deficiencia de glóbulos rojos ( anemia )Sangrado en el cerebro o daño a la sustancia blanca de ésteInfección o sepsis neonatal Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia)Síndrome de dificultad respiratoria neonatal, aire extra en el tejido pulmonar (enfisema intersticial pulmonar) o sangrado en los pulmones (hemorragia pulmonar)Color amarillo en la piel y la y los ojos ( ictericia del recién nacido )Vello corporal (lanugo) Problemas para respirar debido a los pulmones inmaduros, neumonía o conducto arterial persistente Inflamación intestinal grave ( enterocolitis necrosante )
Un bebé prematuro tendrá un peso más bajo al nacer que un bebé a término. Los signos comunes de prematuridad abarcan:
Patrones respiratorios anormales (pausas irregulares y superficiales en la respiración llamadas apnea).Vello corporal (lanugo).Clítoris agrandado (en las niñas).Menos grasa corporal.Tono muscular más bajo y menor actividad que los bebés a término.Problemas para alimentarse debido a la dificultad para succionar o coordinar la deglución y la respiración.Escroto pequeño que es liso y sin pliegues y testículos sin descender (en los niños).Cartílago del oído suave y flexible.Piel delgada, lisa, brillante, que a menudo es transparente (se pueden ver las venas bajo la piel).
Entre los exámenes que más comúnmente se realizan en un bebé prematuro se encuentran:
Gasometría arterial para verificar los niveles de oxígeno en la sangreExámenes de sangre para verificar los niveles de glucosa, calcio y bilirrubinaRadiografía del tóraxMonitoreo cardiorrespiratorio continuo (monitoreo de la respiración y la frecuencia cardíaca)
Cuando se presenta el parto prematuro y no se puede detener, el equipo médico se preparará para un nacimiento de alto riesgo. La madre se puede llevar a un centro médico que esté adecuado para cuidar de bebés prematuros en una UCIN. Después de nacer, se lleva al bebé a una UCIN.
Se lo coloca bajo un calentador o en una caja transparente con calefacción, llamada incubadora, que controla la temperatura del aire. Las máquinas de monitoreo rastrean la respiración, la frecuencia cardíaca y el nivel de oxígeno en la sangre del bebé. Los órganos de un bebé prematuro no están completamente desarrollados.
El bebé necesita cuidado especial en una sala de recién nacidos hasta que los órganos se hayan desarrollado lo suficiente para mantener al bebé vivo sin soporte médico. Esto puede tardar de semanas a meses. Los bebés usualmente no pueden coordinar la succión y la deglución antes de la semana 34 de gestación.
- Un bebé prematuro puede tener una pequeña sonda suave de alimentación puesta a través de la nariz o la boca hasta el estómago.
- En los bebés muy prematuros o enfermos, la alimentación se puede suministrar a través de una vena hasta que el bebé esté lo suficientemente estable como para recibir toda la nutrición en el estómago.
Si el bebé tiene problemas respiratorios:
Se le puede colocar una sonda en la tráquea. Una máquina llamada respirador le ayudará a respirar.Algunos bebés cuyos problemas respiratorios son menos graves reciben presión positiva continua en la vía aérea (CPAP, por sus siglas en inglés) con pequeñas sondas en la nariz en lugar de la tráquea. O pueden recibir únicamente oxígeno extra.El oxígeno se puede suministrar por medio de un respirador (CPAP), cánulas nasales o una campana de oxígeno sobre la cabeza del bebé.
Los bebés necesitan cuidados especiales en la sala de recién nacidos hasta que sean capaces de respirar sin soporte extra, alimentarse por la boca y mantener la temperatura y peso del cuerpo. Los bebés muy pequeños pueden tener otros problemas que complican el tratamiento y requieren una hospitalización más prolongada.
- Existen muchos grupos de apoyo para los padres de bebés prematuros.
- Pregunte al trabajador social en la unidad de cuidados intensivos neonatales.
- La prematuridad solía ser una causa importante de muertes infantiles.
- El mejoramiento de las técnicas médicas y de asistencia a recién nacidos ha aumentado la supervivencia de bebés prematuros.
La prematuridad puede tener efectos a largo plazo. Muchos bebés prematuros tienen problemas médicos, de desarrollo o de comportamiento que continúan hasta la niñez o son permanentes. Cuanto más prematuro sea el bebé y menor sea su peso al nacer, mayor es el riesgo de complicaciones.
Problema pulmonar crónico llamado displasia broncopulmonar (DBP)Retraso en crecimiento y desarrolloRetraso o discapacidad mental o físicaProblema de la visión denominado retinopatía de la prematuridad, que causa pérdida de la visión o ceguera
Las mejores maneras de prevenir la prematuridad son:
Estar con buena salud antes de quedar en embarazo.Recibir cuidados prenatales lo más temprano posible en el embarazo.Continuar el cuidado prenatal hasta que el bebé nazca.
Recibir cuidados prenatales oportunos y buenos reduce la posibilidad de un parto prematuro. El parto prematuro se puede algunas veces tratar o retardar por medio de un medicamento que bloquea las contracciones uterinas; sin embargo, los intentos por retardarlo muchas veces no son efectivos.
- La betametasona (un medicamento esteroide) administrado a madres en parto prematuro puede reducir la gravedad de algunas de las complicaciones de la prematuridad.
- Bebé pretérmino; Prematuro; Bebé antes de término; Neonatal – prematuro; UCIN – prematuro Brady JM, Barnes-Davis ME, Poindexter BB.
- The high-risk infant.
In: Kliegman RM, St. Geme JW, Blum NJ, Shah SS, Tasker RC, Wilson KM, eds. Nelson Textbook of Pediatrics.21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 117. Parsons KV, Jain L. The late preterm infant. In: Martin RJ, Fanaroff AA, Walsh MC, eds. Faranoff and Martin’s Neonatal-Perinatal Medicine.11th ed.
Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 40. Simhan HN, Romero R. Preterm labor and birth. In: Landon MB, Galan HL, Jauniaux ERM et al, eds. Gabbe’s Obstetrics: Normal and Problem Pregnancies.8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 36. Versión en inglés revisada por: Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine, Seattle, WA.
Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team. Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
¿Cuánto debe pesar una mujer embarazada de 8 meses?
Cuál debe ser la ganancia ideal de peso
IMC: | Tabla de ganancia de peso aconsejable |
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12,5-18 Kg | |
18,5-24,9 | 11,5-16 Kg |
25-29,9 | 7-11,5 Kg |
>30 | 5-9 Kg |
¿Qué percentil debe tener un bebé de 32 semanas?
¿Tu bebé no crece bien? – La ecografía de semana 32 tiene como principal finalidad comprobar que el feto crece bien. Además, permite valorar el bienestar fetal en tercer trimestre. En las gestaciones que evolucionan bien se suele hacer entre semanas 32 y 34 de embarazo; en las gestaciones de alto riesgo o en las que el crecimiento fetal no es el óptimo, se puede hacer en cualquier momento. Análisis dopler de los vasos cerebrales En esta ecografía calculamos el peso fetal estimado (PFE). Para ello medimos la cabeza – el diámetro biparietal (DBP) y la circunferencia cefálica (CC)-, el abdomen – circunferencia abdominal (CA)- y el fémur (LF).
Con ello obtenemos un peso en gramos, que nos permite saber si el feto está creciendo bien y si corresponde con las semanas de embarazo. Una vez sabemos el peso estimado, vemos a qué percentil corresponde, es decir, si comparamos el peso del feto con el de otros fetos de la edad gestacional y sexo, sabemos si está o no dentro de la normalidad.
Consideramos que un feto tiene un buen peso cuando está entre el percentil 10 y el percentil 90. Si está por debajo del percentil 10 hablamos de un feto pequeño para edad gestacional (PEG). Si es mayor al percentil 90, hablamos de un feto grande para edad gestacional (GEG). Análisis dopler del cordón umbilical Si el feto está por debajo del percentil 10, y por tanto es un feto PEG, estudiamos la circulación de la sangre a través del cordón umbilical y del feto (estudio Doppler en la arteria umbilical y en la arteria cerebral media, una arteria del cerebro) (fotos 1-2).
- Si éstos parámetros no son los correctos, ampliamos el estudio y valoramos otros vasos sanguíneos, como el ductus venoso y el istmo aórtico.
- Además de lo anterior, en esta ecografía hacemos un repaso de la anatomía del feto, para valorar la aparición de eventuales malformaciones tardías ; si bien a estas semanas de gestación por el mayor tamaño del feto, menor cantidad de líquido amniótico, huesos más osificados es mucho más difícil de valorar.
Con el cálculo del peso y el estudio doppler, los movimientos fetales y la cantidad de líquido amniótico, nos hacemos una idea del bienestar fetal. Dr. Carlos Pascual. Clínica Millet
¿Cuál es el percentil normal de un feto de 34 semanas?
Un ejemplo de percentiles Vamos a poner un ejemplo práctico: A unos padres, el día de la ecografía del tercer trimestre -en la semana 34- les dice el obstetra que su bebé tiene un peso fetal estimado de 2.450 gramos, lo cual corresponde al percentil 75.
¿Cuál es el peso de un bebé de 34 semanas de gestación?
Semana 34: las uñas del bebé crecen – A las 34 semanas de embarazo, o 32 semanas después de la concepción, la uñas del bebé ya llegan a las puntas de los dedos. A esta altura, el bebé podría medir alrededor de 12 pulgadas (30 cm) de largo desde la coronilla hasta las nalgas, y podría pesar más de 4 1/2 libras (2100 g).
¿Cómo saber si mi percentil está bien?
¿Cómo interpretar los percentiles del bebé por ecografía? Como interpretamos los percentiles del bebé por ecografía Los percentiles son representaciones gráficas y de vital importancia porque nos indican la edad, la estatura, el perímetro cefálico y el peso del niño o de la niña, aunque las más usadas son las de la talla y el peso, y se rigen por números: 3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97.
El más bajo es el percentil 3, y el más alto, el 97. Además de la, donde observamos al bebé para obtener imágenes de recuerdo, las ecografía convencionales proporcionan información vital. La talla, el peso y el perímetro cefálico son los principales parámetros que el pediatra vigilará para comprobar que todo se desarrolla normalmente con arreglo a la edad y al sexo de tu pequeño.
Estas medidas se rigen por las denominadas curvas de crecimiento, cuya interpretación se realiza mediante los percentiles. La matrona es la encargada de interpretar los llamados percentiles. Es propicio que tu bebé gane peso y estatura, indica que tu bebé se desarrolla correctamente de acuerdo a su edad.
La primera ecografía se debe realizar entre la semana 4 y 8 de embarazo. El bebé medirá unos 3 centímetros en la semana 4 y, 6 cm en la semana 8, según los percentiles. Entre la semana 9 y la 15 crecerá unos 8 centímetros y ya se pueden establecer medidas más aproximadas de cada parte de su cuerpo porque está más formado.
Índices alentadores para el desarrollo de tu bebé. Si tu futuro bebé tiene percentil 50 significa que de cada 100 fetos, 50 pesan y miden menos que él, y otros 50, más. Es decir que está nivelado en la tabla. Se considera normal cualquier percentil por encima de 10 y por debajo de 90.
Tener cualquier medida que en la gráfica se sitúe entre los arcos de estos dos percentiles (3 -97) es absolutamente normal.
Estar en el percentil 25 significa que un 25% de los niños de su misma edad y sexo mide igual o menos que él y que un 75%, mide más que él.
Lo importante es que se mantenga en el mismo percentil y no haya variaciones bruscas en las gráficas de crecimiento, ni por arriba ni por abajo, esto significaría que existe algún daño puntual que altera el equilibrio que el niño estaba manteniendo.
Siempre hay que correlacionar el peso con la talla. Si un bebé está en el percentil 75 de peso, debería estar en el mismo o similar de talla; si por el contrario, está en el 50 de talla, significará que es un niño gordito, y si está en un percentil 90 de talla, será delgado.
Respecto a bebés que han tenido problemas de crecimiento retardado durante el embarazo, como los nacidos de embarazos gemelares, de gestaciones con alteraciones o de forma prematura, no es razonable aplicar las mismas tablas de crecimiento que para un niño con crecimiento normal.
Como habéis podido comprobar, los percentiles son de gran ayuda para la matrona ya que aporta información importante sobre el desarrollo del bebé y su estado de salud. : ¿Cómo interpretar los percentiles del bebé por ecografía?
¿Qué es un percentil alto?
Seguro que habrás escuchado a tu pediatra, en alguna de las consultas de revisión de niño sano, hablar sobre en qué percentil esta tu hijo/a, Para comprobar el avance y desarrollo de los niños/as, los pediatras utilizamos los percentiles con los que situamos al niño/a en un carril de crecimiento, en relación a su talla y peso.
Los percentiles son porcentajes de las curvas de crecimiento que usamos los pediatras para evaluar el crecimiento del niño/a, de acuerdo con unos factores que se aplican en todo el mundo en relación con el peso, la talla y el sexo. Estas curvas de crecimiento se dividen en dos grandes grupos: de 0 a 2 años y de 2 a 14 años.
Además, se usan tablas diferentes para niños y niñas. Se suele considerar «normal» estar entre los percentiles 3 y 97, si bien es cierto que hay niños que también pueden estar sanos, aunque están por debajo del percentil 3. Esto se debe a que, por ejemplo, hay niños que pueden ser muy bajitos y con poco peso (como sus padres) pero que crecen a un ritmo normal; en estos casos, es probable que el pequeño no tenga ningún problema de salud. Cuanto mayor sea el número del percentil en el que se encuentra un niño/a (según su sexo y edad) será más alto y tendrá un peso más alto, es decir será más corpulento. Cuanto menor sea el percentil, más pequeño/delgado será el niño. Así, por ejemplo, si tu hijo/a está en el percentil 70 de talla, significa que, comparado con otros 100 niños/as de su misma edad y sexo, 70 medirán menos que él y 30 más, y que, si los pusiéramos a los 100 en fila, tu hijo ocuparía el puesto número 70.
Así mismo, el percentil 50 indicaría que el niño está en el valor medio de la talla o peso de su edad; y el 10, que se encuentra por debajo, aunque continúa siendo estadísticamente normal. De esta forma, los niños excesivamente altos o con sobrepeso estarán por encima del percentil 97, mientras que los excesivamente bajos o delgados estarán por debajo del percentil 3.
Pero ten en cuenta que lo importante no es tener un percentil alto o bajo, sino crecer y engordar de forma más o menos regular en torno a un mismo percentil y que tanto su peso como su talla estén acordes, ya que un niño estará en rango de sobrepeso/obesidad si su peso esta por encima de percentil 97 y su talla en un percentil mucho menor, mientras que si su peso y talla están acordes y ambos se sitúan por encima de percentil 97, será un niño alto y grande pero no con sobrepeso. Debes tener en cuenta que el percentil en el que se sitúa el peso o la longitud de tu hijo/a en el gráfico de crecimiento, ya sea por encima o por debajo de la media, no debe generar preocupación, a menos que tu pediatra indique lo contrario, puesto que se trata de valores estándares y deben ser valorados según el niño/a. Si el niño/a está compensado, sano, alegre y activo, es poco probable que sufra un problema de salud, por lo que, si está situado en un percentil de la zona alta o baja de la tabla de peso y longitud del niño/a, o bien en la “tranquilizadora” media, no es más que un dato que permite a los pediatras valorar si el bebé se está desarrollando de manera regular, siguiendo su camino sin sospechosos altibajos que pudieran hacer pensar en un posible problema en curso.
Para conocer cómo evoluciona tanto la altura como el peso de los pequeños, los pediatras utilizamos las curvas de crecimiento. Estas gráficas nos permiten evaluar estos parámetros con el paso del tiempo, para saber si los niños han crecido más o menos rápido en un periodo de tiempo. De esta forma, las curvas de crecimiento nos aportan una información muy útil, pues nos permite detectar si nuestro hijo o hija ha ralentizado o acelerado su crecimiento.
Por lo general, es buena señal que los percentiles de un niño se mantengan similares a los del nacimiento y/o que no se haya producido ningún descenso o ascenso brusco respecto de las medidas anteriores. En caso de cambio drástico en su patrón de desarrollo, podremos detectar la posibilidad de que exista un problema de salud. En cualquier caso, en cada revisión, tu pediatra podrá evaluar las curvas de crecimiento de tu hijo para identificar si se observa cualquier anormalidad o si es necesario hacer algún tipo de prueba médica. Por tanto, debes tomar el resultado de la tabla de percentiles como una forma de orientarte, pero siempre será tu pediatra quien debe valorar si el crecimiento y desarrollo de tu hijo/a es normal y adecuado.
En resumen Los percentiles nos ayudan a valorar el crecimiento del niño, pero deben individualizarse, teniendo en cuenta su genética, valorando peso y talla conjuntamente y no valorarlos de manera aislada en el tiempo. No te tomes los resultados de la tabla de peso y de su longitud/talla como una señal de alarma si no está situado en un percentil de un valor medio, o, por el contrario, casi “se sale de la tabla”, tanto por arriba como por abajo.
Ningún dato de la tabla de crecimiento es “normal” o “anormal” por sí solo. Tu pediatra te orientará sobre si el desarrollo se ajusta a criterios de normalidad, o si existe algún inconveniente que requiera una exploración más exhaustiva.
¿Qué es el percentil ejemplo?
Percentil Un percentil es una cuenta de comparación entre una cuenta particular y las cuentas del resto de un grupo. Muestra el porcentaje de las cuentas que una cuenta particular ha superado. Por ejemplo, si Usted saca 75 puntos en una prueba, y esta situado en el percentil 85 th, significa que su cuenta 75 es más alta que el 85% de las cuentas en el grupo de comparación. donde P es el percentil deseado y N es el número de puntos de datos.
- Ejemplo 1:
- Si las cuentas de un conjunto de estudiantes en una prueba de matemáticas son 20, 30, 15 y 75 cual es el grado percentil de la cuenta 30?
- Arregle los números en orden ascendente y de el rango del grado 1 al menor y de 4 al mayor.
Use la fórmula: Por lo tanto, la cuenta 30 tiene el percentil 60 th,
- Ejemplo 2:
- Determine el percentil 35 th de las cuentas 7, 3, 12, 15, 14, 4, y 20.
- Arregle los números en orden ascendente y de el rango del grado 1 al menor y de 7 al mayor.
Use la fórmula: La parte entera de R es 2, calcule la cuenta correspondiente a los grados 2 y 3. Estos son 4 y 7. El producto de la diferencia y la parte decimal es 0.8(7 – 4) = 2.4. Por lo tanto, el percentil 35 th es 2 + 2.4 = 4.4.
- Dese cuenta que, si el grado percentil R es un entero, el percentil P th sería la cuenta con el grado R cuando los puntos de datos son arreglados en orden ascendente.
- Si R no es un entero, entonces el percentil P th es calculado como se muestra.
Digamos que I es la parte entera y D es la parte decimal de R, Calcule las cuentas con los grados I y I + 1. Multiplique la diferencia de las cuentas por la parte decimal de R, El percentil P th es la suma del producto y la cuenta con el grado I, : Percentil
¿Cuándo se sabe si el bebé viene con problemas?
La amniocentesis es una prueba que se realiza durante el embarazo para diagnosticar ciertos trastornos genéticos, defectos congénitos y otros problemas de salud en un feto. Por lo general, la prueba se realiza durante las semanas 15 y 20 del embarazo. La amniocentesis analiza una muestra de líquido amniótico.
¿Qué malformaciones no se detectan en las ecografías?
Las anomalías menos detectadas por ecografía obstétrica fueron las de las extremidades (polidactilia, sindactilia, amputación de miembros), la microtia, la micrognatia y otras malformaciones esqueléticas.
¿Cuándo hay que preocuparse en el embarazo?
Dolor intenso en la boca del estómago. Sangrado o salida de líquido por la vagina, con o sin dolor. Disminución o ausencia de movimientos de tu hijo(a). Contracciones dolorosas en el abdomen antes de tiempo.
¿Qué pasa si el percentil es bajo?
Los nacidos por debajo del percentil 25 de peso pueden tener problemas desarrollo Los niños que nacen por debajo del percentil 25 de peso están en riesgo de sufrir dificultades en el desarrollo, según un estudio de la Universidad de Coventry (), publicado este martes en la revista ‘Plos Medicine’.
Aunque se cree que los bebés demasiado grandes o demasiado pequeños al nacer corren el riesgo de tener problemas en el nacimiento y en el desarrollo, aún se sabe muy poco sobre los bebés no prematuros con estos tipos de peso. Para ahondar en el tema, los investigadores estudiaron el desarrollo de más de 600.000 nacidos en tras 37 semanas de gestación.
A los dos o tres años, se evaluó su nivel de desarrollo social, las habilidades motoras finas y gruesas y las habilidades comunicativas.
Los autores buscaron asociaciones entre el peso al nacer y los problemas de desarrollo en la primera infancia y tuvieron en cuenta factores de concretos, como el sexo y la edad gestacional del niño en el momento del parto, y el estado de salud, el origen étnico y la situación socioeconómica de la madre.El estudio mostró que los nacidos por debajo del percentil 25 de peso al nacer tenían un mayor riesgo de sufrir problemas de desarrollo en comparación con los bebés nacidos entre los percentiles 25 y 75, siendo los más pequeños los que presentaban mayor riesgo,Los que nacieron por encima del percentil 75 de peso, comparados con los bebés nacidos en el rango medio, no tenían más riesgo de problemas desarrollo,El estudio concluye que tener un peso bajo al nacer es un factor no reconocido y potencialmente importante que contribuye a la prevalencia de problemas relacionados con el desarrollo infantil.Tradicionalmente, se creía que los bebés por debajo del percentil 10 corrían el riesgo de sufrir problemas de desarrollo pero el nuevo estudio ha detectado un mayor número dentro del rango del percentil 10 al 24 de peso al nacer con estos problemas.Los investigadores sugieren que una mejor vigilancia del peso al nacer, el asesoramiento a los padres y un mayor apoyo durante la infancia pueden ayudar a reducir los riesgos asociados a los bebés nacidos con pesos inferiores.
“Aunque en la mayoría de los casos no se reconoce, los bebés de peso leve a moderado al nacer contribuyen de forma decisiva a la carga de problemas de desarrollo en la infancia. Es posible que necesiten un seguimiento más estrecho y un mayor apoyo para reducir el riesgo de problemas de desarrollo”, concluye Abiodun Adanikin, coautor del estudio.
¿Cuál es el percentil normal de un feto de 32 semanas?
¿Tu bebé no crece bien? – La ecografía de semana 32 tiene como principal finalidad comprobar que el feto crece bien. Además, permite valorar el bienestar fetal en tercer trimestre. En las gestaciones que evolucionan bien se suele hacer entre semanas 32 y 34 de embarazo; en las gestaciones de alto riesgo o en las que el crecimiento fetal no es el óptimo, se puede hacer en cualquier momento. Análisis dopler de los vasos cerebrales En esta ecografía calculamos el peso fetal estimado (PFE). Para ello medimos la cabeza – el diámetro biparietal (DBP) y la circunferencia cefálica (CC)-, el abdomen – circunferencia abdominal (CA)- y el fémur (LF).
Con ello obtenemos un peso en gramos, que nos permite saber si el feto está creciendo bien y si corresponde con las semanas de embarazo. Una vez sabemos el peso estimado, vemos a qué percentil corresponde, es decir, si comparamos el peso del feto con el de otros fetos de la edad gestacional y sexo, sabemos si está o no dentro de la normalidad.
Consideramos que un feto tiene un buen peso cuando está entre el percentil 10 y el percentil 90. Si está por debajo del percentil 10 hablamos de un feto pequeño para edad gestacional (PEG). Si es mayor al percentil 90, hablamos de un feto grande para edad gestacional (GEG). Análisis dopler del cordón umbilical Si el feto está por debajo del percentil 10, y por tanto es un feto PEG, estudiamos la circulación de la sangre a través del cordón umbilical y del feto (estudio Doppler en la arteria umbilical y en la arteria cerebral media, una arteria del cerebro) (fotos 1-2).
Si éstos parámetros no son los correctos, ampliamos el estudio y valoramos otros vasos sanguíneos, como el ductus venoso y el istmo aórtico. Además de lo anterior, en esta ecografía hacemos un repaso de la anatomía del feto, para valorar la aparición de eventuales malformaciones tardías ; si bien a estas semanas de gestación por el mayor tamaño del feto, menor cantidad de líquido amniótico, huesos más osificados es mucho más difícil de valorar.
Con el cálculo del peso y el estudio doppler, los movimientos fetales y la cantidad de líquido amniótico, nos hacemos una idea del bienestar fetal. Dr. Carlos Pascual. Clínica Millet
¿Qué significa estar en el percentil 50?
¿Qué son las tablas de percentiles? – Se define percentil como el valor de 0 a 100 donde se situaría un niño para una determinada medida. Un percentil 50 indicaría que se encuentra en la zona media (en el centro) para esa determinada medida en relación a todos los niños de su edad, sexo y país.
- En el caso de los lactantes, el percentil se utiliza para hacer una valoración del crecimiento.
- Se pueden definir percentiles para todos los parámetros que se quieran: peso, tamaño, perímetro craneal, grasa corporal, etc.
- Sin embargo, las más utilizadas son las que se refieren al peso y la talla.
- Cuando un niño está en el percentil 25 del peso significa que de cada 100 niños, 75 pesan más que ese niño (por tanto 24 pesarían menos).
Análogamente, si el niño está en el percentil 80 de altura significa que, de cada 100 niños, solo hay 20 que midan más que nuestro niño (luego 79 medirían menos). De todo esto se deduce que el percentil 50 se refiere al valor que está justo en el medio de todos los demás: la mitad son mayores y la otra mitad menores.
¿Cuál es el peso normal de un bebé recién nacido?
¿Qué tamaño tienen los recién nacidos? – Los recién nacidos vienen en un amplio abanico de tamaños saludables. La mayoría de los bebés que nacen entre las semanas 37 y 40 de gestación pesan entre 5 libras con 8 onzas (2.500 gramos) y 8 libras con 13 onzas (4.000 gramos).
Los recién nacidos que son un poco más ligeros o un poco más pesados que un bebé promedio suelen estar bien. Pero pueden tener que recibir una mayor atención por parte de médicos y enfermeros después de nacer solo para tener la seguridad de que no presentan ningún problema. Hay varios factores que pueden afectar al tamaño de un bebé en el momento del nacimiento.
La duración del embarazado es importante. Los bebés que nacen alrededor de la fecha de parto prevista tienden a ser de mayor tamaño que los que nacen antes. Entre otros factores, se incluyen los siguientes:
El tamaño y la estatura de los padres. Los padres altos y grandes pueden tener recién nacidos de mayor tamaño que un bebé promedio; los padres bajos y pequeños pueden tener recién nacidos de menor tamaño que un bebé promedio. Los partos múltiples. Si ha tenido mellizos, trillizos o más hijos a la vez, cuente con que sus bebés serán de un tamaño un poco menor. Los bebés que nacen en partos múltiples deben compartir espacio para crecer dentro del útero y suelen nacer antes de tiempo, lo que lleva a que tengan un tamaño menor cuando nacen. El orden de nacimiento. Los primogénitos a veces son de menor tamaño que los hermanos que nacen después. El género. Las niñas tienden a ser de menor tamaño que los niños, aunque las diferencias en el momento del nacimiento sean escasas. La salud de la madre durante el embarazo. Entre los factores que pueden llevar a un menor peso natal, se incluyen que la madre haya tenido hipertensión (tensión arterial alta) o problemas de corazón durante el embarazo; o que haya consumido tabaco, alcohol o drogas ilegales durante el embarazo. Si la madre padece diabetes o es obesa, es posible que el bebé pese más al nacer. La nutrición durante el embarazo, Una buena nutrición es fundamental para el crecimiento del bebé tanto antes como después de nacer. Una dieta inadecuada por parte de la madre durante el embarazo puede afectar el peso del recién nacido y el crecimiento del lactante. El hecho de que la madre gane demasiado peso durante el embarazo puede aumentar las probabilidades de que un bebé nazca con un peso superior al peso promedio. La salud del bebé. Los problemas médicos, como algunas anomalías o malformaciones congénitas y algunas infecciones contraídas durante el embarazo pueden repercutir en el peso del bebé recién nacido y en su crecimiento posterior.